martes, 12 de febrero de 2013

Esto no es un estereotipo, mhija


Felicidades a Ginny, Irene y Maria José

"Acá en el norte, bien cool wey"

Nos estacionamos cerca del parque España, donde la “Condesa”, señora soberana de las calles atascadas, lo permitió.
Buscamos un trole abandonado en una esquina, tres mujeres están arriba, y nos acercamos para preguntar que onda, no hay letreros, ni de ruta, ni de teatro. Daniela es mi acompañante a lugares extraños. Es nuestra responsabilidad acompañarnos, Oscar, su marido, se va a ir acostumbrando, serán buenos compañeros de viaje.
Una señora bajó vestida de negro, como ayudante de una ruta uniformada para cobrar tu pasaje, pero solo quiere saber cuantos asientos quieres y si ya reservaste lugar en ese trole abandonado con ruta desconocida.
-Ah, si, ya están reservados, esperen muchachos.
Esperamos.
Arriba, tres mujeres ¿conductoras? arreglan el trole, hablan, se mueven.
-Listo, suban.
Subimos
-Pasenle, hagan un circulo, con confianza.
Como siempre, nos sentamos hasta adelante.
-Esperen, faltan mis amigas- dice una de las chicas vestidas de negro, mientras del otro lado de la calle, se ven a dos mujeres que corren para alcanzar el trole, como si ya estuviese a punto de emprender la marcha.
Suben, ya estamos todos, las conductoras se acomodan, y arrancan.
El viaje comienza, el acento chilango se pierde y de pronto empiezas a escuchar un acento norteño, lindo, pero contemporáneo ; lindo, pero triste.
Las muertas de Juarez, una realidad ajena al centro de México, al televidente, y a la sociedad machista.
El acento sigue triste, no se disfruta tanto, y las chicas guapas, de pronto se vuelven en historias, tristezas y cadáveres cotidianos que el desierto oculta.
Miedo, coraje e impotencia suben al autobús, las mujeres risueñas ya no ríen, Oscar esta nervioso y sé que Daniela se quiere salir, solo me reconforta ver cuando sonríe tímidamente. La verdad, yo también quiero regresar a la condesa, pero no sin terminar de escuchar sus historias.
No sin enfrentar la realidad que la distancia oculta.
Las
actrices conductoras valientemente manejan este trole de ida y vuelta a Cd. Juarez, y al bajar, sientes ganas de hablarle a tu familia para decirles que se cuiden, que los quieres, y que haz sobrevivido este viaje. Que somos afortunados.
Para decirles que has tragado un poco de desierto.
Vayan a ver Mujeres de Arena,
teatro Viaje que no cumple con el estereotipo. Es la puta realidad.